Desde una imprenta local hasta la arquitectura detrás de la plataforma de Intelligent Document Processing (IDP) de Dynatos, la historia de Bernier Fierens es la de una determinación silenciosa y una búsqueda constante de mejora. Hoy, en su doble papel de Solution Architect y Product Owner, ayuda a las organizaciones a replantearse su procesamiento documental. No persiguiendo las últimas palabras de moda, sino adoptando pasos escalables y sostenibles. “Siempre quise tener un impacto”, recuerda. “No reemplazando a las personas, sino liberándolas para que puedan centrarse en un trabajo más significativo, un trabajo que requiera perspectiva humana y no mera repetición.”
Convertir la curiosidad en experiencia
La carrera de Bernier no comenzó con un plan claro. “No me dirigía directamente hacia la informática”, comenta. “Al principio trabajaba en una imprenta, un entorno práctico y acelerado. Ese trabajo, aunque no estaba relacionado con el desarrollo de software, sembró la primera semilla. Al mismo tiempo, tenía un interés natural por los ordenadores y la lógica. Por eso empecé a formarme de manera autodidacta, a experimentar y, finalmente, a orientar mi trayectoria hacia el ámbito de TI.”
Lo que hace destacar a Bernier no son solo sus competencias técnicas, sino sobre todo su mentalidad: la capacidad de reconocer dónde se pueden mejorar los procesos y la voluntad de llevar a cabo esas mejoras. Cuando se incorporó a Dynatos en 2015, comenzó como consultor de facturación. Sin embargo, incluso en ese rol empezó inmediatamente a contribuir al desarrollo de la plataforma de facturación que acabaría convirtiéndose en Routty. “Mi motivación siempre ha sido mejorar procesos para individuos, equipos y organizaciones enteras. Precisamente ese enfoque en un cambio con sentido me permitió crecer de consultor a un rol en el que ahora contribuyo tanto a la plataforma como a la estrategia que la sustenta.”
Siempre quise tener un impacto, no reemplazando a las personas, sino liberándolas para un trabajo más significativo.
Del concepto a una plataforma escalable
Los primeros días de lo que hoy es una sólida solución IDP fueron rápidos y llenos de oportunidades. Un gran cliente del sector público planteó un reto y, en lugar de proponer una solución rápida, Bernier y su equipo vieron la ocasión de construir algo con verdadero valor. “Ese fue el momento en que supimos que podíamos crear una plataforma”, explica Bernier. “Una que, además, fuera más allá de la mera automatización de facturas.”
En lugar de diseñar una herramienta puntual, Bernier dio un paso atrás para crear un marco capaz de gestionar cualquier documento financiero. Esto incluye no solo facturas, sino también órdenes de compra, albaranes, recordatorios de pago y otros formatos no estructurados o incluso manuscritos. “Esa es la ventaja de cómo lo configuramos. Si se puede definir la estructura y la intención del documento, se puede configurar la lógica. Por lo tanto, no estamos limitados a un solo tipo, sino que crecemos con las necesidades del cliente”, explica Bernier. “A veces un cliente recibe simplemente un correo electrónico con un pedido, sin adjuntos ni PDF. También podemos procesarlo. En definitiva, lo importante es el contenido, no el formato.”
Esa flexibilidad no fue solo una característica agradable, sino que se convirtió rápidamente en un elemento diferenciador clave. “Quería asegurarme de que, si resolvíamos un problema una vez, lo hacíamos de manera que también pudiera servir a otros”, afirma. “Por ello podemos seguir ampliando la plataforma sin tener que reconstruir los cimientos.”
Una buena idea, bien implementada, puede mejorar toda la cadena: desde la recepción de documentos hasta la satisfacción del cliente.
Tecnología con un enfoque humano
Trabajando tanto en la visión de producto como en el diseño técnico, Bernier mantiene siempre una perspectiva centrada en las personas en cada decisión. “Todos tenemos días malos”, afirma. “Las personas se cansan, se distraen o se sienten abrumadas. Eso no es un fallo, es simplemente la vida. Si podemos automatizar las partes repetitivas de un trabajo, damos espacio a las personas para centrarse en lo que realmente importa.”
Para Bernier, la inteligencia artificial y la automatización no son sustitutos de las personas, sino herramientas que las apoyan. “No creo en un único asistente que lo sepa todo y lo haga todo”, explica. “Lo que funciona mejor son varios agentes pequeños, cada uno especializado en una tarea. Así construimos IDP: como un sistema de asistentes inteligentes y específicos, no como una entidad monolítica.”
Sin embargo, incluso la tecnología más avanzada necesita estructura. “El contexto sigue siendo importante. La lógica empresarial es importante. Y la supervisión también lo es. Nuestra tarea es asegurarnos de que estos agentes operen dentro de un marco claro.”
El papel duradero del OCR
Aunque cada vez más documentos son totalmente digitales, Bernier está convencido de que el OCR sigue teniendo su lugar. “Hablamos mucho de la facturación electrónica y de los formatos estructurados, pero en la práctica muchas organizaciones siguen trabajando con PDFs escaneados, diseños antiguos o incluso entradas manuscritas”, dice. “Ahí es donde el OCR sigue siendo esencial. No es perfecto, pero sigue mejorando. Y siempre será una pieza fundamental del puzle para hacer que todos los tipos de documentos sean accesibles a la automatización.”
La automatización no consiste en quitar el control, sino en dar a las personas el espacio para centrarse donde realmente aportan valor.
Innovación a través de la colaboración
Si se le pregunta a Bernier qué impulsa la evolución de la plataforma, su respuesta es clara: la retroalimentación. “No construimos en aislamiento”, afirma. “Todo lo que añadimos está influenciado por el uso real, los consultores y la aportación de los clientes.” Este enfoque colaborativo no solo es una buena práctica, sino también el motor detrás de cada mejora.
Recuerda cómo algunas de las funciones más valiosas surgieron de conversaciones con clientes, a menudo como respuesta a una necesidad concreta. “A veces empieza con una sola pregunta de un cliente”, explica. “Pero la respuesta acaba formando parte del producto para todos.”
Esa apertura al diálogo va más allá de los formularios formales de feedback. “Valoro mucho sentarme con los clientes y escuchar. ¿Cómo funciona para vosotros? ¿Dónde siguen estando los problemas? Justamente ahí están las verdaderas ideas.”
Si se puede definir la estructura y la intención de un documento, podemos construir la lógica. Por eso el IDP no tiene un límite real.
Empoderar a las personas, decisión a decisión
En el fondo, el trabajo de Bernier consiste en ayudar a las personas a desempeñar mejor sus tareas, sin añadir complejidad innecesaria en nombre de la innovación. “Empoderar significa quitar de la mesa aquello que no requiere su atención”, afirma. “No todas las tareas necesitan una decisión humana. Cuando automatizas esas partes, devuelves tiempo y concentración a las personas.”
Pero empoderar también significa confiar en los usuarios. “Una sola buena idea puede marcar una enorme diferencia”, añade Bernier. “Queremos que nuestras herramientas den a las personas la confianza para hacer realidad esas ideas. Lo que más me motiva es ver cómo la tecnología permite a las personas pensar en grande, no en pequeño.”
Esa convicción sigue marcando tanto las herramientas que desarrolla como los equipos con los que trabaja.
